domingo, 12 de abril de 2015

Un viaje en metro

Pues hace un tiempo iba yo en metro, y me dio por fijarme en la gente que tenía alrededor. Daba igual al lado, que en frente, que a la otra punta del vagón.
El caso es que, disimulada o descaradamente, todo el mundo iba intentando enterarse de las conversaciones ajenas.
Y la cosa me hizo gracia.
A mí, tres paradas de viaje me han servido para presenciar broncas, reconciliaciones, críticas a la amiga que acaba de bajarse, siestas…

Y es que tú te sientas ahí, en el asiento ese que está más duro que el asfalto, casi siempre caliente y a veces húmedo, que te hace pasar un asco de mil cojones, y te pones a pensar…si vas acompañada pues intentas hablar en voz baja porque sabes que, exactamente igual que haces tú, seguramente habrá alguien tratando de leerte los labios para saber de qué hablas.
Pero si vas sola…pues sí. Intentas evitarlo, ponerte a pensar en tus cosas, en lo que vas a hacer cuando llegues, o en mi caso, en el pateo que me espera desde mi parada hasta que llegue a mi casa, pero al final, caes. 
Empiezas sin mirar, intentas sólo escuchar, pero al final dices ¡qué coño! y miras descaradamente a esas dos crías que se cuentan lo que hicieron la pasada noche, la conversación telefónica en la que ella le cuenta a él cómo le ha ido el día y la bronca que ha tenido con su madre…todo muy morboso.

Y hay gente boba, que por estar al lado de un tipo con auriculares, habla un poco más alto de lo normal.
Pero a ver, gilipollas, que el que tienes al lado está escuchando, que se ha bajado el volumen del auricular y te está dotoreando todo lo que dices.

Ahora, con la versión 2.0 del golear en el metro llega el whatsapp. Eso que tu vecina de asiento tiene el móvil a la misma altura que tus ojos y tú, que no sabes hacia dónde mirar, lees lo que escribe. Y como no sabes de qué va el tema te dan ganas hasta de preguntarle.

También mola la gente que se duerme, en concreto, la gente que por haberse dormido se pasa de parada, y cuando abre el ojo se da cuenta de que está jodido. Y dices jolín, pobre, pero vamos, que te descojonas de boca para dentro.

Y también los hay que cantan, que se dan el lote, que cantan y hasta que lloran. Y que huelen a tigre, los muy guarros, porque aquí una servidora, que tiene estatura sobaco (llámese así a quien la nariz le llega justo al sobaco del resto del mundo), pues acaba mareá.
Señores que fabrican metros, no pongan las barras para agarrarse allá arriba, primero porqué al jugar el aire, la peste a sobaco se propaga más rápido, y segundo porque yo no llego, coño.

Total que si estás atenta, viajar en metro es como golisquear un catálogo de ropa, donde está lo que te encanta, lo que consideras pasable, y lo que nunca te pondrías. Está bien eso de llevar chaleco de pelo y cuñas. Siempre lo he visto igual de absurdo que short y leotardos. 
En conclusión, viajar en metro no es aburrido, si te lo montas bien, es como leer el ¡Hola! pero en plan anónimo y sin gastarte el dinero en revistas.


¿El secreto? Gafas de sol y auriculares; da igual que estén conectados al móvil, o el cable acabe suelto en el bolso. 

Siempre cuela.


Y ahora que la entrada nueva ha terminado, quisiera agradecer a tooodo el mundo que ha estado entrando durante todo este tiempo que por motivos personales no he podido publicar, porqué agrada saber que hay gente que se interesa por el blog. Prometo recompensar :)

domingo, 15 de marzo de 2015

10 cosas sobre mí

A veces creemos que nos conocemos, que todo lo que hacemos es por algo, y que como somos así, está totalmente justificado. Pero es cuando hablas con alguien alguien sobre ti, cuando resulta que tiene que ser la persona que tienes en frente (o tú misma, y tu mente, esa puta que no deja de currar ni en días de huelga) la que te diga que te equivocas, que no es como tú crees.
Por eso escribo 10 cosas sobre mí. 10 cosas que yo creo sobre mí, aun a riesgo de equivocarme.

1. Soy una puñetera maniática. Sí. Mi cama, la ropa, la forma de coger apuntes, cocinar... Tengo millones de manías. No me gusta poner el pan al revés encima de la mesa. El pan tiene que estar apoyado sobre la parte lisa de la barra. Si no lo pongo bien lo paso fatal.

2. Supersticiones. Si hago algo concreto y ese día (por puta casualidad) me sale algo mal, no lo vuelvo a repetir. O una prenda de ropa, una canción o una pulsera. He tirado ropa a la basura o la he regalado por ese motivo.

3. Soy insegura. En el fondo sí. No en cosas importantes, pero en las que atañen a mi relación con otras personas, sobretodo a las que más quiero.

4. No tengo término medio. Me esfuerzo en buscarlo, pero jamás lo encontraré, porqué creo que no existe. Porqué o te quieren o te odian, o se es de derechas o de izquierdas, o te gusta algo (o alguien) o no te gusta. O a caso sse puede medio querer, medio odiar? O existe alguien con las cosas bien claras que se sienta igual de identificado con la derecha que con la izquierda? Que no hombre que no, que el punto medio, el famoso gris, no existe!

5. Me gusta la música antigua. Y los cantantes viejos. Y me sé todo el repertorio de la Jurado, y lo canto con mi hermana cuando estamos de cachondeo. Y también me gusta la más actual, pero los clásicos...son los clásicos. Lo mismo me da Mocedades que Mecano que Raphael. Qué buenos son, joder.

6. Me encanta saber el final de los libros antes de leerlos. Porqué si sé que el final me va a gustar, leo más a gusto. Sinó, leo por curiosidad, pero sin ansia.  Y no me estropea la novela para nada el hecho de saber el final. Por ende, empiezo todas las revistas las revistas desde el final. Y de pequeña, los libros de pintar, también.

7. No me gusta dormir sola. Que sí, que cuando llegas a tu cama, que lleva todo el santo día la pobre ahí sola y os véis, es amor a primera vista, pero no me gusta. Pasado el momento flechazo cama-mara, mara-cama, prefiero dormir acompañada.

8. Soy demasiado responsable. Tanto que casi siempre olvido que soy hija, nieta y hermana mayor, no madre. Véis como no tengo punto medio? Sí, la responsabilidad puede llegar a ser un defecto.

9.Odio la impuntualidad. No puedo entender que exista gente que quede a una determinada hora, y no nunca el suficiente tiempo antes, como para tener que empezar a arreglarse a la hora que deberían de estar en el sitio. A demás, me parece una falta de respeto infinita hacia la gente que espera. Aunque con el tiempo he aprendido a tolerarla, y lo llevo bastante bien.

10. Muerte a Facebook. Creo que, como todas las redes sociales, se le puede dar un uso propiado, o desapropiado, pero no conozco nada tan tan indiscreto como Facebbok. O sea, que la cosa va de que tú escribes algo o a alguien tu opinión, y los defensores de la causa que tú criticas se te tiran al cuello como si no hubiera mañana, sin ni siquiera haberlos nombrado. Me da muy mal rollito, y las experiencias no han sido para nada buenas. Que sí, que lo mismo puede pasar con Twitter. Pero es que resulta, que da la casualidad de que a loss mayores gilipollas del reino me los he encontrado en facebook. Bah, pasando.

Y así es como yo me veo, que no tiene porqué ser así como me ven.

domingo, 8 de marzo de 2015

Día de la mujer y otros "Días Internacionales De"

Pues dicen que hoy es nuestro día.
Aprovecho para felicitar a las mujeres. Pero no a todas. Sólo a las que están orgullosas de serlo los 365 días del año, a las que llevan con dignidad el cargo y a las que, como yo, ven este tipo de días como una gilipollez.

Y revindico un día para los hombres, porque si lo hay yo no me he enterado, y porque creo que somos igual de importantes en el mundo.

Porque si nosotras somos el motor que mueve el mundo, ellos son los que ayudan a poner en marcha ese motor.
Porque si nosotras parimos, será porque tenemos algo que parir y eso también es gracias a ellos.

Porque odio el machismo a muerte pero no puedo con el sector feminista refinado y barriobajero,  que pide la igualdad a golpe de teta, sólo para lo que le conviene. Las que gritan que son independientes, que con ellas solas se bastan, pero luego buscan un tío, cuanto más macho alfa mejor, con rabaco incluido para que las haga sentir protegidas y seguras a su lado. Y de paso les dé un buen rabazo de vez en cuando.

Porque como soy contraria al mundo, odio los "Días Internacionales De", y porque sinceramente, creo que no somos el sexo débil, y no nos hace falta un día entero en el que todo el mundo vaya recordándonos lo especiales y necesarias que somos en la vida, puesto que ya todas lo sabemos.

Señores que inventan Días Internacionales De: todos los días hay niños y adultos con cáncer y personas homosexuales encantados de serlo, gente enferma de SIDA, mujeres luchadoras, madres coraje, parejas que se quieren, niños explotados laboralmente, con enfermedades raras...y me parece que necesitan nuestro recuerdo, apoyo y reconocimiento cada día del año, no un puto día lleno de hipocresía en el que rendirles homenaje sabiendo que cuando cambie la hoja del calendario nos vamos a olvidar.

Por mí, como mujer independiente, trabajadora,hija, hermana, novia, nieta, sobrina... y futura (futurísima) madre, pueden pasarse el día 8 de marzo, junto con el resto de días internacionales, por ahí por donde siempre da la sombra.
Y si no lo hacen, al menos démosle un día de éstos también reconocimiento a aquellos padres que luchan por la custodia de sus hijos y no la obtienen simplemente por ser los padres, a los que se desloman trabajando para poder mantener a la familia sin tener en cuenta que su mujer no trabaja, bien porque así lo ha elegido, bien porque no encuentra trabajo, a los que luchan solos por salvar la vida de algún hijo enfermo...que también se lo merecen.

Y si ya lo hay, démosle la repercusión exactamente igual y equitativamente a la que tiene el "Día Internacional De" la mujer.

Y que quede bien claro, si no ha quedado ya, que odio cualquier tipo de actitud machista, pero igual que las clasistas, racistas...
Di apoyo la igualdad, la apoyo para todos los ámbitos de mi vida, no sólo para lo que a mi me favorece.

En días como este, dimito de mi cargo como mujer. Sólo el día de hoy. Mañana ya vuelvo.
Sólo por joder.

domingo, 1 de marzo de 2015

Borrón y cuenta nueva?

Hace unos días vi este mensaje en las típicas publicaciones que suele hacer Mr. Wonderdul en Instagram y me dio que pensar, como todo lo que publico en el blog.
Y reflexionando, me di cuenta de las pocas veces que hacemos autocrítica en nuestras vidas, las pocas veces que somos nosotros los que vamos cara a la perdona indicada y le proponemos hacer borrón y cuenta nueva.

Y me da igual una relación de pareja, familiar o de amistad, me refiero a cualquier tipo de relación social.

Creo que es profundamente necesario valorar esa opción cuanto más enfadado está uno. El típico bucle en el que hablas por arreglar y sólo consigues cagarla más. 
Es como un stop ahora que estamos a tiempo.

Yo me he propuesto muchas veces en mi vida hacer borrón y cuenta nueva, muchas de ellas cuando estaba a punto de ser demasiado tarde.

Da igual el tipo de actitud, buena mala o regular, siempre es una cuestión a tener en cuenta.

Tampoco tenéis asegurado que salga bien, pero al final tendréis el consuelo de haberlo intentado.

A veces es preciso parar. Y tan importante es el borrón, como la cuenta nueva.

Parar, aflojar, plantear, y seguir. 

Por mi parte hago borrón y cuenta nueva a cerca de muchas cosas.

Borro todas las intransigencias, dolores de cabeza, oscilidades, broncas, represiones, malas formas e intolerancias, y empiezo una cuenta nueva con la intención de rejuvenecer los años que lo ya borrado me acumulan en la espalda, de ser yo.
No yo y mis circunstancias. Yo. Querer sin obsesionarme, preocuparme sin desesperarme.


Naturalmente no sé si lo voy a conseguir, pero sino, siempre me quedará el consuelo de haberlo intentado.

viernes, 20 de febrero de 2015

...Y no es un adiós, es un hasta pronto

Como he dicho mil veces, me encanta escribir; con ello ordeno mis ideas y establezco prioridades. Hago las famosas listas to do's y las de la compra. Escribo lo que quiero, lo que pienso y lo que planeo. 

Pero hay veces en la vida en que, por diversas circunstancias, la cabeza no te ayuda, parece que la muy puta está en contra de que hagas lo que te gusta, lo que te ayuda.

Así que tras mucho luchar con ella e intentar seguir con esto y llevar el blog hacia adelante, reconozco que me ha ganado.

No me despido de nadie ni pienso echarme atrás y dejar de escribir, simplemente me doy una tregua y no me voy a enfadar conmigo misma por no tener la imaginación ni las ganas que tenía hace unos días, porqué otras cosas que yo no quisiera ocupan ahora el 100% de mi mente.

Haré la idea que tenía al principio, e intentaré publicar todas las semanas, los domingos.

Y cuando todo vuelva a la normalidad, el blog será el primero que también volverá a la rutina.

Así que hasta el domingo a tod@s.

Nos leemos!!

lunes, 16 de febrero de 2015

Mentiras universales

La versión oficial es que nadie miente; todos decimos siempre la verdad, somos los más sinceros del mundo y blablablá. Y un huevo.
 Todos mentimos, decimos más mentiras que Alena, como dice mi padre, lo que pasa es que los hay que se lo curran tanto, que cuando los miras a los ojos incluso sabiendo que nos están mintiendo, parece que nos estén diciendo la verdad. 

Qué bonito eso de “sólo miento cuando digo la verdad…”

También soy de la opinión de que, por desgracia, la mayoría de las veces, una mentira repetida hasta la saciedad se convierte en verdad.

Así que hay una serie de mentiras piadosas que todos usamos, en algún momento de nuestras vidas, tales como:

YA ESTOY LLEGANDO. Cuando todavía te estás vistiendo, y te falta delinearte un ojo y atusarte el pelo.

¿HAS ADELGAZADO? Eso de que hace tiempo que no ves a una amiga, o a una persona que fue tu amiga y ahora no te cae del todo bien. También aplicable a suegras y cuñadas. Lo mejor es usarla cuando la que ha adelgazado eres tú. Así. Por joder.

NO MAMÁ, YO NO FUMO. EL TABACO ES DE UNA AMIGA. SU MADRE NO ES TAN COMPRENSIVA COMO TÚ, Y SI LA PILLA LA MATA. Y habrá madres que se lo creerán y todo. Menos la mía. La mía nunca se lo creyó.

NO NO GRACIAS, ES SUFICIENTE, ESTOY A DIETA. Y tú en realidad te comerías un búfalo pero como no tienes confianza, siempre pones la misma excusa.

SÍ MAMÁ, VOLVERÉ ACOMPAÑADA. Lo que le sigue es: pero para eso tendré que venir cuando todos vuelvan, si no, tendré que venir yo sola. Y es cuando te esperas en la puerta de casa como una idiota hasta que pase un coche y así tus padres, que están medio groguis ya, piensen que ese coche es el que te ha traído sana y salva a casa.

BEBÍ POQUÍSIMO, ME DEBIÓ DE SENTAR MAL. Sí claro, debe ser que el octavo Gin tonic llevaba algo en el vaso y se te descompuso el estómago. Y lo del día siguiente  no era resaca, era un puto virus estomacal muy inoportuno.

CHICA, NO HABÍA OÍDO EL MÓVIL. Claro, porque bajar la barra de notificaciones y ver ese whatsapp para decidir si te conviene abrirlo o no, no cuenta como leer.

Y la reina: ESTO NO ES LO QUE PARECE. Mira, yo no me he visto nunca en esta situación, ni como la que descubre ni como la descubierta, ni por mi parte la voy a vivir, ¿pero es que en serio esto ocurre en la vida real?
Mira, que te han pillado empotrándote a un pav@, no intentes arreglarlo. Y decir a tu pareja que no estabas disfrutando tampoco debe de ayudar a mejorar la situación. Ten dignidad, y asúmelo, valiente.

Y aquí, una pequeña muestra de mentiras que nadie dice nuuunca en su vida...

viernes, 13 de febrero de 2015

Si yo fuera...

Cuando era pequeña, me encantaban los cuentos de Disney, y los que no eran de Disney. Me los sabía todos,. hasta el punto de que corregía a quien me lo contaba si cambiaba una frase.

Ahora, de mayor, soy yo la que los cuenta, y los veo desde otro punto de vista, más mayor. Me sigo poniendo en el papel de mis personajes favoritos, pero joe, cómo ha cambiado el cuento...

Porque tú veías a La Bella Durmiente, y llorabas como una magdalena cuando se pinchaba y caía redonda al suelo, ella y todo el reino, hasta que llegaba ÉL, el príncipe, y con un beso puro y casto, sin babas ni lengua ni nada, la salvaba.
Pero ahora lo piensas y dices a ver Aurorita, guapa, que sabías que este momento iba a llegar desde el día que naciste, dedícate a otras labores mujer.
Y espera, porque luego llega Blancanieves. Qué maja era la cría. Mira si era inocente que vivía con siete hombres, y no se tiró a ninguno, hablaba con los pájaros y las cabras, y va una vieja con la cara llena de berrugas, se saca una manzana de la manga, y va ella y se la acepta. TONTA. Pero que tu padre el rey no te enseñó que no hay que aceptar nada de ningún desconocido, ¿o que?^Porque eso, y que no sueltes el vaso cuando sales de fiesta, es el A B C de todo padre de adolescente. La madre que te parió Blancaní.

Pero la más boba de todas era Caperucita Roja. Vamos, que me entero yo de que por el bosque va un lobo vagando con más hambre que un perrito pequeño, y a lo mejor va, y le llevo yo la cestita de los cojones a la abuelita. Chica hazle la compra online y ya irá el mozo de Mercadona, boba, que lleva furgoneta, y cobra por ello.

Y así...con todos los cuentos.

Que no puede ser cojones. Que nos engañan.

Bueno no, a mí ya no.

jueves, 12 de febrero de 2015

Errores que comete toda mujer (y algún que otro hombre) cuando está deprimida

La vida de una mujer es muy compleja, porque queremos estar y ser siempre perfectas, para que nos miren (pero no demasiado, sino nos ofendemos). Maquillaje, pelo, taconazos, modelitos…OVULAMOS.
Y eso nos transforma en primas hermanas de Gozzilla durante unos días al mes. En el mejor de los casos, sólo un día. No nos pasa a todas eh, pero sí a la mayoría, las cosas como son.

Tenemos una capacidad increíble para conseguir tener siempre (o casi siempre) la razón, pero les tiene que nacer dárnosla, sino ya no la queremos.

Y también nos deprimimos. Mucho. Depresiones que duran un máximo de 24-48 horas (que vienen a cuadrar con determinados días del ciclo menstrual), pero en las que el mundo se viene abajo y se vuelve a reconstruir. De repente ese día nos vemos gordas, feas, granudas, nadie nos entiende, nadie da en el clavo de lo que queremos…y tampoco es tan difícil acertar, joé.

Así que como mujer que soy, y encantada que estoy de serlo, me tomo la libertad de aconsejaros a vosotras, camaradas, unas cuantas cosas que JAMÁS debemos de hacer cuando nos levantemos un día depres:

CORTARSE EL PELO. Dígase también hacerse un cambio de look radical. Por mi cabeza ha pasado desde cortarme el pelo muy cortito, hasta hacerme mechas rubias. Y NO. NO es una buena opción. Nunca lo es, por varios motivos, porque el pelo tarda en crecer, y en teoría no es bueno teñirse más de una vez al mes. Imaginad el tema cuando se pase este día fatídico y volvamos a ser normales.

DOTOREAR REDES SOCIALES AJENAS. ¿Y total para qué? Lo que tú esperas ver es que a tus archienemigos les va como el culo, pero recuerda de que existe la opción de que les vaya mejor que a ti, y no queremos que las ganas de morir (o de matar) vayan en aumento.

SENTIRSE LA PEOR PERSONA DEL MUNDO. Tampoco vale hacer sentirse así a nadie. Tú no eres culpable de estar insoportable hija mía, es una cuestión de cromosomas. No puedes acabar con el hambre en el mundo, aunque llores como una loca cuando veas los anuncios de Unicef. Puede que veas muy clara la idea de irte de misionera al África tropical a buscar al negrito del Cola Cao. Si dentro de tres o cuatro días sigues pensándolo, adelante, sino, deja que se ocupen de ello los profesionales.

COMER COMO UNA POSESA. Eso de arraso por donde paso no incluye un trayecto en el que tu nevera esté  cerca. Puede que creas que el remedio para todos tus males está en comer dos donuts de entrantes, una pizza cuatro quesos como plato principal con dos litros de Coca Cola, y una tarrina de un kg de helado de turrón de Xixona, porque a demás estás pasando uno de los peores días de tu vida (nótese la exageración femenina), y qué coño, te mereces el atracón, pero cuando te des cuenta de lo que has hecho, llorarás lágrimas de sirope de chocolate, y no es buen remedio para la depresión (que te lo digo yo).

ENFADARSE CON EL MUNDO Y DEJAR DE COMER. Tampoco es eso sabes, pero lo mejor para esos días aunque os parezca una locura, es comer lo más sano posible. Porque sólo nos faltan los remordimientos. El hambre es traidora y agudiza la mala uva, lo que te va a hundir aún más en la miseria, amiga.

INFRAVALORARSE. Ya hemos dicho que no hay que culparse a una misma de todo, y tampoco hay que ir hecha un zombie por la casa, ni quedarse todo el día en la cama. Chica, arréglate, pasa por chapa y pintura, mímate como nadie ha conseguido hacer nunca contigo. Mirarse a un espejo y verse como la prima hermana de Frankenstein no ayuda a subir el ánimo.

Y éstos son los pasos que yo intento evitar cada vez que me siento depre.

Recordad que nadie tiene la culpa de que nos sintamos así (aunque siente muy bien gritarle al que tengamos delante, y hacerle culpable de todos nuestros males, ése NO es el camino).

Recordad también que todo pasa, y que estos días de querer morir sólo pasan una vez o dos al mes, no vale más.
Siempre que podáis, taconazo, morros rojos, y a triunfar.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Arreglando el mundo

Un científico, vivía con preocupación todos los problemas del mundo.
Estaba decidido a encontrar por todos los medios una solución. Pasaba días en su laboratorio, en busca de respuestas.

Cierto día, su hijo de 7 años, invadió su lugar de trabajo, dispuesto a ayudarle a encontrar esa ansiada solución.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera distraer su atención:
Encontró una revista, donde había un mapa del mundo, ¡justo lo que precisaba!

Con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos y se los entregó al niño con un rollo de cinta, diciendo: Hijo, como te gustan tanto los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pequeños pedazos, para que lo repares.
El científico pensaba, quizás se demoraría meses en resolverlo, o quizás nunca lo lograse, pero por lo menos, le dejaría tranquilo por un tiempo; pero no fue así.

Pasada algunas horas, escuchó la voz del niño: "Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. ¡No puede ser, es imposible que a su edad, haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes!
Levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería un trabajo digno de un niño: Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz?

-Hijo, tú no sabías cómo es el mundo, ¿cómo lograste armarlo?

-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi del otro lado la figura de un hombre. Así que le di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.
Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y me di cuenta que había arreglado al mundo.

martes, 10 de febrero de 2015

De cómo reaccionar cuando no te gusta un regalo (sin matar a nadie)

A todos nos han hecho regalos feos. Pero feos de los que te tienes que esforzar y pensar eh, sonríe ahora, vomita después, y no mates a nadie.

Yo recuerdo alguno. Más de uno, la verdad.

En mi 13 cumpleaños, una (imbécil) de mi clase, tuvo la magnífica idea de regalarme El libro de las virtudes  y valores para niñas, que no era más que un tochaco de libro, con cuentos que enseñaban valores. Con 13 años. Lo mejor es que se nos puso a leer uno, y luego a explicárnoslo. En concreto, el que leyó, daba las directrices a las niñas para ser unas señoritingas. Señoritinga mis cojones. A esa edad yo jugaba al futbol con los chicotes, no quería poner lavadoras, ni prepararle después de comer cafés a mi padre (aunque lo hacía por las circunstancias de mi casa, pero lo hacía porque me tocaba, no porque me lo decía el puto cuento).

¿Quién tiene el santo cuajo de regalar una bufanda para reyes? Macho, una bufanda de punto, nada de lana, que son las que abrigan.
Y claro, ahí es cuando tú abres mucho la boca y los ojos, y dices uaau, justo me hacía falta una. Esto ha pasado. Es real. 
Así que, investigando un poco, he llegado a la conclusión de que existen varios tipos de regalos que no gustan, y cada uno de ellos tiene su correspondiente reacción.

Por un lado, los regalos inservibles. Y entran en este grupo pues los pisapapeles, imanes de nevera, o estos separadores de libros que pesan un quintal y se salen del propio libro, ¿sabéis lo que os quiero decir, no? 
Reacción: ay, ¡pero qué bonito!

Luego están éstos megagrandes. Me refiero a la ropa. Desenrollas el regalo y te ves una prenda de ropa dos o tres tallas más que la tuya. Lo cual explica cómo te ve la simpática o simpático que te ha hecho el regalo.
 Y tú ¿qué dices? Ay, ¡pero qué cómodo!

En el tercer lugar del ránking encontramos los regalos que ni Dios se pondría. Ni siquiera quien te lo ha regalado lo usaría. Y yo qué sé qué es lo que entra en este grupo. Un pijama de ovejitas, por ejemplo, no sé. 
Tu reacción es de lo más comedida. Ay, ¡pero qué buen gusto!

Y por último, los regalos fantasma. Y son fantasma porque nunca se ven. Se pasan un mes diciéndote lo bonito que va a ser tu regalo, a lo te vas a cagar. Y luego nunca aparecen. Suele darse el caso cuando el que regala es un amigo al que no vemos mucho. Eso que quedáis para que te lo de, cenáis, tomáis algo, y a la hora de irse te dice, uy, olvidé tu regalo.
Y tú…tú no dices nada, porque no hay regalo.

lunes, 9 de febrero de 2015

Las cuatro grandes verdades que mueven el mundo

Después de un parón obligado por una gripe de estas que marcan historia, he estado desaparecida dos semanas, pero ya he vuelto, así que vamos a ponernos al lío que tenemos mucho de qué hablar. 

¡Bienvenidos de vuelta a Las cosas que nunca dije!

Yo odio las frases estas motivacionales, las cuentas que hay en todas las redes sociales, que cada día te muestran una “reflexión” bonita y útil, como si la hubiesen escrito especialmente para ti.
Pero lo que sí me gusta, es remarcar las frases que más me llaman la atención de los libros que leo, y hay especialmente cuatro, que hace mucho tiempo me llamaron la atención, por lo identificada que me sentí con ellas, en esos cuatro momentos.

NO TE PREOCUPES POR LAS PERSONAS DE TU PASADO, HAY UNA RAZÓN POR LA QUE YA NO ESTÁN EN TU PRESENTE, NI LLEGARÁN A TU FUTURO.
Porque hay veces en las que estas rodeada de gente, y es cuando más sola te sientes, porque tus amigos, o los que hasta ese momento lo han sido todo para ti, de repente dejan de aportarte lo que te aportaban antes, y tú empiezas a verlo todo como mera espectadora de la película de tu vida. Y ya no queda nada de lo que hubo. No vivas por lo que fue.

UNA PERSONA REAL NO ES PERFECTA, UNA PERSONA PERFECTA NO ES REAL.
La perfección es algo sumamente subjetivo. No os dejéis la piel tratando de ser perfectos para nadie. Es una total y absoluta pérdida de tiempo, porque no lo lograréis, y además saldréis escaldados en el proceso. Lo mejor, ser perfectos para vosotros mismos. Y si no lo conseguís, no pasa nada eh, de hecho yo ni lo intento o sea que…

LA GENTE CAMBIA POR DOS RAZONES: SUFRIÓ DEMASIADO, O APRENDIÓ LO SUFICIENTE.
Porque una determinada actitud que adoptas te ha llevado a situaciones muy malas para ti, como ser demasiado buena persona (en mi pueblo eso se llama ser tonta), en cuyo caso algunas personas se han aprovechado de ti, esa misma actitud te ha hecho sufrir por un lado, obligándote a desprenderte de gente que querías, y te ha enseñado que no se puede ser así. Según mi criterio, hay que ser buena persona con las personas que a ti te demuestren que lo son. 

NO DEPENDAS DE NADIE EN ESTE MUNDO, PORQUE HASTA TU SOMBRA TE ABANDONA CUANDO ESTÁS EN PLENA OSCURIDAD.
Ni siquiera de las personas que más quieres, porque no depender de ellas no significa quererlas menos a ellas, sino quererte menos a ti mismo. Y por ahí no paso yo. Soy una firme defensora de que las personas deben hacerse a sí mismas bajo su criterio. Esto no implica ser unos egoístas con el resto  del mundo, pero sí implica mentalizarnos de que somos individuos, que debemos aprender a estar solos. Igual de importante es ssber tomar decisiones por nosotros mismos y ser fuertes para mantenerse firmes y apechugar.

Quered a quien os quiera, intentad ayudar y hacer la vida más fácil a los que os rodean, pero recordad que al final, de lo único que dependen nuestras vidas, es de nosotros mismos.

jueves, 22 de enero de 2015

Cosas que sobrevaloramos día a día

Nos pasamos la vida ansiando cosas, situaciones que no se dan, metas difíciles de conseguir…y oye, que eso está muy bien. Soy fan de las personas ambiciosas, que no se conforman con lo primero que la vida les pone por delante, que luchan por lo que quieren. Pero también es verdad que bajo mi punto de vista, existe una serie de cosas que están híper sobrevaloradas, y éstas son las mías:

EL DEPORTE. Y la vida sana. Y la comida verde. Que está muy bien cuidarse y tal y cual, quemar más grasa de la que se come y andar al menos media hora cada día. Pero será que un donut de chocolate después de haberse andado 1,5 km todos los días hasta donde vive una de tus alumnas. O será que no entra bien el bol de macarrones de mediodía cuando llegas de fiesta a eso de las cinco de la mañana, junto a medio vaso de leche, y una ducha de leche limpiadora. Y ale, a dormir hasta que cante el gallo, o hasta que tu madre pase el aspirador. Y en cuanto al deporte…me declaro fan de póster de quien sale a correr ahora en esta época con el frío que hace…cuando a mi el cuerpo me pide un SPM (sofá-peli-manta), a demás, correr es de cobardes.

PENSAR CON LA CABEZA. Ya está bien hombre, date a ti mism@ un día de permiso para hacer lo que te dé la real gana, lo que te dicte el corazón.

EL CHOCOLATE. Que está bueno de cagarse sí, pero si abusas de él te salen unos granos más feos que un culo peludo, y de los que dejan cicatriz.

DORMIR. No puedo creer lo que estoy diciendo pero lo estoy diciendo. En según qué situaciones, tener sueño es una putada y dormir es una verdadera pérdida de tiempo.

DECIR SIEMPRE LA VERDAD. ¿De verdad? ¿Si habéis engordado también? Valientes.

LOS RUBIOS CON OJOS AZULES. Y sin pelos, y sin barba. Qué grimilla me dan, los pobres. Tú plántate delante de un morenazo de pelo negro y ojos oscuros y verás tú si te importa dónde tenga pelos.

LOS DOMINGOS. Es el día idealizado por excelencia, pero yo cuando abro los ojos un domingo, lo primero que pienso es que ya no queda nada para el lunes, y ya me jodo todo el día. No lo puedo evitar.

LOS RESTAURANTES CAROS. Tú llegas, no puedes hablar en un tono de voz normal, porque sólo se te oye a ti, llegan los entrantes o el primer plato y te tienes que jugar a los chinos con qué cubierto empiezas, y si te pides una coca cola para beber te miran mal. Larga vida al Mac y a su Cuarto de libra con queso, chica.

LOS INFORMATIVOS. Sobre todo los de mediodía, porque los de la noche son los mismos. Ale, ellos llegan, todos guapos, te leen la mierda de mundo en la que vivimos y se van. Y tú te quedas con una mala leche del quince, cagándote en toda la corte celestial y sin poder hacer nada. Viva Los Simpson.

EL MAQUILLAJE. Porque lo poco gusta y lo mucho cansa. Me dan risa las chicas estas conocidas como rasca y gana. Porque tienes que rascar con la uña para llegar a su verdadera piel. Si necesitas más que corrector y rímel, asume que eres fea. Que no pasa nada, pero el maquillaje no hace milagros chata.

Y así es como pienso yo, y así os lo expreso desde mi rinconcito de pensar, a donde vengo sin que nadie me castigue porque me haya portado mal.

miércoles, 21 de enero de 2015

Cómo ser humilde en cuatro sencillos pasos

Hay tantísima gente arrogante por el mundo, que parece que ser humilde es lo más difícil del mundo, pero en realidad, no hace falta más que mirarse al espejo con las gafas de la humildad puestas, de arriba abajo, y pensar en si lo que vemos es realmente lo que nos gusta, o si nos convendría cambiar un poco nuestra forma de ser para poder ir con la cabeza bien alta por la vida.

A todas aquellas personas que se crean que son las mejores, imprescindibles para todo aquél que las rodea, y que creen que nunca se van a encontrar con nadie más chulo que ellos para que les diga a la cara bien alto el ridículo que hacen, les aconsejamos estos cuatro pasos a seguir, así, porque sí, porque hoy nos hemos levantado generosos:

1.DÉJATE DESCUBRIR: que sí hij@ mí@ que sí, que sabemos que te quieres, y que eres la pera limonera y también que todo lo haces bien, pero ¿por qué no dejas de decirlo a todo tu entorno y dejas que esa gente lo descubra?

 La modestia se parece a las estrellas, que cuanto más buscan la oscuridad en el cielo, más brillan. José Selgas y Carrasco.

2.BUSCA LA SENCILLEZ: todo el mundo se da cuenta de que cuanto más chuleas sobre lo buen@ que eres, más insegur@ de ti mism@ eres, porqué no sabes vivir sin que todo el mundo sepa que tú todo lo haces bien, cuando en realidad no sabes seguir sin un golpecito en la espalda.

La verdadera humildad consiste en estar satisfecho. Henry F. Amiel.

3.ESCUCHA Y VALORA: está muy bien que te quieras y lo demuestres, pero vale ya de hablar tanto de ti, porqué la base de cualquier relación social es la comunicación, el toma y dale, que llamamos en mi casa, o como dice mi madre, si tú no nones, jo no none. Al final te pasará que nadie querrá estar cerca de ti.

Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos.Quinto Curcio.

4.COMPARTE TUS TROFEOS: la soberbia que te hace atribuirte todos los éxitos, es la misma que hace que culpes al resto de tus fracasos, que ésos sí que suelen ser sólo culpa tuya. Comparte con modestia tus metas cumplidas, hay más cuellos de los que poder colgar las medallitas.

La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió. Quevedo.

martes, 20 de enero de 2015

Feliz cumpleaños

Tenía una entrada preparada para un día para hoy, en la que me quejaba y os explicaba los motivos por los que el día de mi cumpleaños me parecía un día normal, ni mejor ni peor. Que no me hacía ninguna ilusión especial, fuera del significado estricto del acontecimientl: cumplir años. Pero mo me daba cuenta de una cosa importante: sólo cumplen los que están vivos.

Y me he dado cuenta de que soy una superficial de mierda, que está tan ocupada revolviéndose en la mierda de no tener su casa para poder vivir con su novio, y no tener trabajo, (cosas que tampoco son extraordinarias, que yo sólo pido poder vivir mi vida, pero en fin.) que no le doy importancia al simple hecho de quen aunque no tenga la vida que quiero, al menos tengo una vida.

Y mientras se está vivo se puede cambiar de vida, siempre nos queda esa opción.

Lo único es que hay días en los que la paciencia te juega malas pasadas, y amenaza con acabarse e irse. Y yo llevo así muchos días, y se está haciendo eterno. 

Pero bueno, celebremos que puedo seguir cumpliendo, que no falta (casi) nadie en mi entorno para poder felicitarme un año más. Y yo casi celebro más eso que mi cumpleaños.
Pero vamos, que de soportarlo y hablar de ello con normalidad, a que me haga una especial ilusión...tampoco es eso.

Que sí, que cumplo 25 inviernos, que no echo de menos a nadie, que tengo a los que quiero, (y a los que no, también me toca tenerlos), y que celebro que estoy viva y de vez en cuando, coleo.

Pero odio las tartas (mi culo y mi barriga también), y la cancioncita famosa. Igual me da cumpleaños feliz, que feliz en tu día. Y los que te recuerdan que es tu cumple, como si sólo lo supieran ellos. Recordad que yo estaba ahí, no me lo han contado. 

Ese día, yo fui la invitada estrella al mundo.

lunes, 19 de enero de 2015

Amor con los cinco sentidos

Jamás he creído en que una relación a distancia entre dos personas pueda funcionar al 100%, y siempre he pensado que si funciona, es porque no se quieren lo que se tienen que querer, pero seguramente yo soy una idiota, y pienso eso porque la vida me lo ha puesto muy fácil y no me ha puesto en la tesitura de estar separada de la persona que quiero durante más de dos días seguidos, y a no más de 1 km.

Aun así, el amor necesita de los cinco sentidos, o al menos eso lo que creo yo.

VISTA. Precisamente porque necesito ver a mi otra mitad todos los días, aunque sea durante diez minutos. Verlo, para saber si está bien o mal, Para sentirlo cerca. También es importante vernos bien, que sí, que la confianza con esa persona es muy importante, y vernos en pijama hechos un harapo es el mayor signo de ella, pero el amor se alimenta también con la vista. Hay que ser curiosos, joé.

OÍDO. No hacen falta que nos regalen ni regalemos los oídos, como digo yo, pero sí es necesario expresar lo que queremos a esa persona, y lo que sentimos. Siempre que se pueda. Discutir (muy de vez en cuando) también mola, yo creo que igual que el deporte, libera endorfinas. Hablar es esencial, comunicarse, para bien y para mal, decir lo que nos gusta y lo que no…Tampoco son necesarias las conversaciones ñoñas por teléfono en plan cuelga tú, no, cuelga tú. Ya voy yo y cuelgo, joder.

OLFATO. Es otra de las cosas que no tienen las relaciones a distancia, esas que yo veo tan difíciles. Para mí cada persona tiene un olor, me da igual si es su aroma corporal o la colonia que usa, pero es algo imprescindible para mí. Me hace sentir en casa. Igual que con la vista, hay que ser curiosos. No te digo yo que si acabas de hacer deporte y hueles a tigre en celo mantengas a tu pareja a 15 metros de ti, pero un poquito de gotitas de aseo, por dios. Tampoco es necesario estrenar bote de colonia en cada cita porque has agotado uno entero en la cita anterior, eso es exagerado y canta (y huele) demasiado.

TACTO. ¿Cómo lo harán los que por motivos laborales o por cualquier otro, se ven una o dos veces al mes? Tocar, notar, abrazar, acariciar, darse la mano…son los básicos para mí. Si lo tengo al lado y no nos estamos tocando aunque sea con el brazo, es como lo tuviera a la otra punta (soy muy pelma). Tocaros coño, de la forma en que podáis (y queráis), y siempre que podáis.

GUSTO. Este ya lo dejo para que cada uno tire de imaginación, no me quiero meter yo en las catacumbas de cada pareja.



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viernes, 16 de enero de 2015

La generosidad

Hacía tiempo que no me encontraba con mi vecino y me paré un rato a hablar con él. Me comentaba que las cosas no le iban bien del todo, pero que había otros que realmente lo estaban pasando mal, como una familia del barrio que tenía siete hijos y que llevaban varios días sin a penas probar bocado.
Aquéllo me dejó tocado y decidí llevarles un saquito de arroz para, al menos, aliviar un poco su necesidad.

Cuando me abrieron la puerta y vieron lo que les traía, los niños hicieron una gran fiesta y, con los ojos llenos de felicidad, pidieron a su madre que pusiera la olla al fuego para cocinarles un plato calentito. La mujer no tardó en prepararles una sopita pero, antes de poner la mesa, llenó a rebosar un plato y salió corriendo de la casa.

Cuando, por fin, regresó le pregunté: 
¿Dónde has ido tan deprisa? 
Y ella me respondió:
¡Mis vecinos también pasan hambre!
La mujer les había llevado la cena a los ancianos que vivían dos pisos más abajo. En ese momento, descubrí lo importante que es la generosidad, sea al nivel que sea.

No importa realmente que seas rico o pobre, que te sobre algo para compartir o que a penas tengas lo mínimo, lo que cuenta es que quieras ayudar a los demás, aunque sea con lo poco que tienes.



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jueves, 15 de enero de 2015

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El otro día estaba leyendo una publicación pequeña redactada por escritores noveles y entre ellos se hicieron la misma entrevista, imaginando que algún día llegan a publicar sus trabajos y les hacen ese tipo de preguntas. Así que yo lo hice también y pensé que como entrada al blog funcionaría bien, porque es divertido.

1.El último libro que has leído es…Encontrando a Silvia, Universo Silvia, Elisabet Benavent.

2.El primero fue…¡Cómo molo! Manolito Gafotas.

3.La última vez que te asustaste…cuando creí que había perdido la cartera en un Starbucks de Madrid.

4.La última mentira que dijiste…mmm qué buenas las lentejas hoy, mamá.

5.Tu último sueño loco…coger el primer avión que llegue al aeropuerto y estar un mes por ahí, viendo mundo.

6.La primera película a la que fuiste con una cita fue…jamás he ido con una cita al cine, mi primera cita importante fue en el Micalet, aquí en mi tierra.

7.La última vez que lloraste…con una película. Si decido quedarme. A moco tendido y baba suelta.

8.La última curiosidad que has visto por internet...los niños asisáticos combaten el calor del verano vestidos con sandías. Resulta qur las parten en dos, vacían un poco para cabeza y agujerean la de abajo para las piernas, atan dos cuerdas de tirantes y a correr (o a arrastrarse po el suelo, porque debe pesar ).

9.El primer gran consejo que te dieron…elige un trabajo que te apasione, sí nunca tendrás la sensación de ir a trabajar.

10.El primer objeto que salvarías si se quemara tu casa…mi caja de recuerdos con él, y mi portátil.

11.La última comida de tu vida…pasta. Y pizza. Hamburguesa. Y lassagna. Y de postre panna cotta de mocca. Y un café de Starbucks. Con sacarina.

12.Las primeras palabras que tus amigos para describirte…pregúntenle a ellos.

13.La primera persona a la que agradecerías al recoger un premio importante…pues supongo que al editor que se hubiera fijado en mi para publicar un proyecto mío, y a la gente que me apoyaría si eso ocurriese.

14.Lo primero que piensas cuando te levantas por la mañana…en qué día de la semana es, y la de cosas que tengo que hacer dependiendo del día que sea. Si es sábado, no pienso. Me vuelvo a dormir.

15.Lo último que piensas al dormirte…que ya queda un día menos para dormir en nuestra cama, con él.

Son preguntas que no se hacen todos los días. A mí me moló.




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miércoles, 14 de enero de 2015

Un abrazo, por favor

Hay gente a la que no le gusta abrazar. Ni que la abracen. Eso de estrujar o ser estrujado entre los brazos de otra persona no va con ellos.

Pero para mí, abrazar es una necesidad. Yo antes casi era de las primeras personas, pero luego me di cuenta de que era uno de los mayores signos de cariño que se pueden dar.

Ha habido veces que he tenido la necesidad de abrazar. Hace años que no abrazo a mi familia, sólo lo abrazo a él. No es por nada, supongo que va en los genes. No somos muy de muestras de cariño, más bien del cariño que se demuestra día a día con gestos tontos y ayuda cuando más se necesita, por eso nunca le di demasiada importancia a dar o recibir un abrazo.

Pero lo que sí es un hecho, a parte de si nos gusta o no abrazar, es que el abrazo pertenece en casi la mayoría de las culturas un código silencioso pero efectivo, capaz de transmitir potentemente los sentimientos que tenemos hacia la persona que tenemos en frente. 
Tanto, que hay creencias que lo utilizan como una terapia.
Dicen, que el cuerpo se ve afectado de manera positiva por un abrazo, a nivel de sistemas inmunológico, musculatorio, cardíaco y límbico. Vamos, que el cuerpo siente gustirrinín cuando nos rodean con los brazos bien fuerte.

A nivel psicológico incrementa la seguridad y confianza, y reduce el enfado y la apatía, ya que el cuerpo libera serotonina y se siente feliz. Yo esto lo traduzco como que nosotras estamos enfadadísimas y con ganas de matar, pero llegan ellos, nos abrazan y hasta luego mala leche. Así de simple. Es casi automático, joé.

También he leído que a nivel físico el sistema inmunológico genera más glóbulos blancos, reduciendo así el riesgo de enfermedades, y equilibra la tensión, disminuyendo el estrés.

O sea, que cuando estéis felices, tengáis algo que celebrar, aunque sea que queréis a alguien, o enfadados, estresados…liaros a dar abrazos, a todo quisqui. 
En el buen sentido, es más barato y seguro celebrar algo bueno con un abrazo que yéndose de copas, porque de ese modo nos ahorramos la resaca post gin tonics. Y en el malo, el cuerpo (y el bolsillo) agradecerá más en un momento bajo un abrazo, que un psicólogo, un diacepan, o un cabezazo contra la pared.

¡Abrazad, insensatos!



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martes, 13 de enero de 2015

El poder de las redes sociales

Siempre he sido bastante activa en las redes sociales. Empecé con Tuenti, seguí con el fotolog (al que adoraba), luego vino Twitter, Instagram, y ahora también el blog, que aunque no sea estrictamente una red social como tal, también cumple su función.

No, no tengo Facebook. Porque lo odio, y eso es así. Porque he visto genge sufrir por su culpa. Que sí que sí, sufrir. Y es que a mi entorno Zuckenberg no le ha traído nada bueno.

Así que por lo general, uso bastante las redes sociales y estoy al tanto de sus peligros si se usan de forma inadecuada, y por eso nunca he creído en poder crear una amistad a partir de un simple contacto a través de las redes. Pero desde octubre, me vengo dando cuenta de que sí es posible. Porque lo he vivido.

De repente ves el perfil de una persona que te llama la atención y ale, al poco tiempo os estáis contando vuestras vidas como si no os acabárais de conocer.  Los temas ya no son los gustos comunes que tenéis, os sabéis por lo menos un cuarto de vida de la otra, y sabeis que podeis llegar a ser grandes amigas porque no tenéis reparos de deciros lo que pensáis con objetividad, y así es como se forjas bien una amistad. Yo, que siempre he pensado que para que una amistad o cualquier tipo de relación social el contacto visual y el roce hacen el cariño, y son imprescindibles, estaba equivocada.

La vida de repente me pone por delante a la instamaruja ésta a la que le tengo cada día más cariño.

Nunca he usado las redes sociales para conocer gente ni hacer amistades, sino para expresar mis opiniones y mantenerme informada sobre lo que me interesa, pero en esas estamos.

Y me alegro mucho de haberla encontrado.

Ra, por si no te has dsado cuenta, todo ésto va por ti. Por ti, por mí, por las horas que nos pasamos charrando. Por cuando nos reímos, por cuando lloramos, y por lo que seremos, grandes amigas .



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lunes, 12 de enero de 2015

Por qué cambian las personas

Hay quien dice que una persona cambia porque aprendió demasiado, o porque sufrió lo suficiente. 

Yo creo en el cambio de las personas, para bien, y/o para mal, porque lo he visto y a veces, vivido en primera persona.

No estamos obligados a ser los mismos desde que nacemos hasta que morimos. A mí, de pequeña me encantaban las lentejas, me veía todos los partidos del Valencia CF, y odiaba dormir. Sin embargo ahora, muero lenta y agónicamente del asco cuando hay lentejas para comer, soy hincha del Baarça a muerte y me encaaaaanta dormir...
¿Véis? Los cambios existen, sólo que en este caso no sé si ha sido para bien o para mal...
Pero aguantaba ciertras cosas que ahora no tolero, porque no puedo y porque tampoco quiero. Mi madre dice que es por la edad.

Aunque también es verdad que hay ciertos rasgos de una persona que nunca cambian, aquéllo que los filósofos llaman esencia.
Porque vale, ahora te lo callas, pero sigues disfrutando cuando oyes las canciones de Los Caños con las que llorabas a moco tendido y baba suelta cuando eras preadolescente, sigues odiando dormir sola, y aunque en público lo niegues, te siguen dando terror los truenos, y dormir de espaldas a la puerta.

También creo que hay personas que cambian porque han sufrido demasiado. Supongo que varios golpes seguidos comvierten en desconfisdo, rencoroso o precavido a aquél que antes no lo era, y por mi parte está totalmente justificado.

Pero no todo van a ser cambios para mal, también hay situaciones que fuerte al débil, cariñoso al arisco, confiado al desconfiado, y un largo.

 Yo creo en el cambio de las personas, para bien, y/o para mal, porque lo he visto y a veces, vivido en primera persona.




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jueves, 8 de enero de 2015

10 verdades que no debemos olvidar nunca

1.La vida es corta. Demasiado corta como para echarla a perder con preocupaciones sin sentido, relaciones tóxicas y disgustos innecesarios.

2.Vivimos la vida que nos generamos. Y sólo nosotr@s tenemos la capacidad de cambiarla, pero para eso hay que querer. No basta sólo con quejarnos, que también está muy bien y desahoga, pero a la práctica es totalmente inútil.

3.Antes del éxito siempre vivimos múltiples fracasos. Sí, esos malnacidos momentos que nos hacen pensar que no vamos a llegar hasta donde queremos en la vida, pero que no deben poder con la ilusión. Yo soy partidaria de los fracasos, nadie puede saborear un mismo éxito si le viene regalado de la mano de la vida, como si le ha costado sudor, y a veces lágrimas.

4.Pensarlo no es lo mismo que hacerlo. Porque si esto fuera así, todos tendríamos lo que queremos, y para conseguir los retos que nos pasan por delante, no haría falta más que planteárnoslos. Miedo me darían a mí los domingos, con la de cosas que se me pasan por el coco. Levántate coño, y ponte a ello.

5.No hace falta una disculpa para perdonar. Porque la mayoría de las veces, cuando nos piden perdón, nosotros ya hemos perdonado a esa persona, sólo que él/ella no lo sabe, pero hay que disimular y hacerse el duro hasta que oímos esa palabrita mágica.

6.Lo que tienes no define quién eres. Una personas con pocas cosas materiales es pobre, y la que nadsa en la abundancia es rica. Vale. ¿Y lo que hay detrás de todo eso? Yo no tengo mucho ni poco, pero me siento muy afortunada de lo que tengo, porque nadie me lo ha regalado, y me lo aprecio porque me ha costafo mucho conseguirlo. ¿Qué soy, rica o pobre?

7.Todo cambia con el tiempo. Hoy todo está negro, todo es una mierda, nada me gusta y todo el mundo me cae mal. No podré conseguir ni la mitad de cosas a las que aspiro en mi vida. Y al día siguiente o al poco tiempo, de repente lsa vida tiene otro color, adoro a la gente que me rodea, y me veo con fuerzas de comerme el mundo.

8.Cuidarte y quererte es tu única misión en la vida. Porque si tú te ves bien y te encuentrsas con fuerzas, lo demás es cuestión de actitud. Mirsarte al espejo y verte hecha un despojo humano no ayuda a superar situaciones complicadas.

9.Lo que haces afecta a todos. Aunque no te lo creas, tienes gente que se preocupa por ti. Está muy bien que tomes decisiones por ti misma, así debe ser la vida, pero piensa en cómo afectaría a la gente que te quiere que tomes una decisión drástica como irte a vivir sola a Nepal. Ponte en su lugar, simplemente.

10. El metal estropea el microondas. Sí, mola mucho ver las lucecitas desde fuera cual castillo de fuegos sartificiales, pero si decides hacerlo prepara la pasta para comprar uno nuevo (que lo sé yo por experiencia)


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miércoles, 7 de enero de 2015

Cosas que me hacen feliz

Justo hoy hemos llegado todos juntos a las 1000 visitas del blog, y eso es algo que me hace muy muy feliz, por eso, para seguir con tanta felicidad y buen rollito, he decidido dedicasr una entrada a las cosas que me hacen feliz. Detalles que, aunque sea por un momento, y no todos los días, me recuerdan que la vida a veces también puede ser bonita, con algo tan insignificante como el olor del café.

Qué bonita es la sensación de encontrarte algo bonito en la cosa más pequeña del mundo. Algunas personas no lo consiguen nunca, otras somos tan pavas que lo encontramos en casi todo.

-El café. Su olor, su color, coger un puñado de granos con la mano y jugar con ellos…me da la sensación de que el café es algo así como un nuevo comienzo, un nuevo día en el que puede pasar de todo. Sólo que a mi me gusta a la hora que sea y de la forma que sea.
- Las risas de mi padre y mi hermano. Porque son carcajadas que trasmiten buen rollo y se contagian, aunque el motivo de la fiesta sea que te has caído por pisar lo fregao y te has quedado espatarrada en mitad de la cocina.
-El mar. Ay el mar…me pone mística. Y me hace feliz.
-El Sol. Porque en verano da mucho por saco pero cuando en invierno paseas bajo él…es amor. Cuando hay Sol la gente sale a la calle, ríe…transmite alegría.
-Los días de lluvia. Que vale, sí, es contradictorio con lo del Sol, pero es verdad. También me encanta asomarme por la ventana y ver cómo llueve, aplaudir a los truenos más fuertes con mis hermanos, taparme hasta la cabeza cuando un rayo ilumina la habitación…
-Una pareja de ancianos cogidos de la mano. Porque los veo y me imagino por la de cosas que esas dos personas habrán pasado juntas, cosas buenas y cosas malas, la de años que hará que se confesaron su amor, y siguen así…me hace muy feliz.
-Los sábados por la mañana. Eso que abres un ojo y ves que el Sol entra por la ventana pero dices bah, que le den al reloj que yo me quedo aquí. “Soy un rollito de canela…calentito…”.
-Velas. El fuego me emboba.
-Ir a un supermercado y poder comprar sin estar pendiente de  que no se me acabe el dinero. Porque el que ha pasado por ahí, sabe de lo que hablo.
-Una buena nota de mis niñas. Porque a ellas dos nadie les ha regalado nada, y verlas cuando me cuentan que han sacado buena nota o leer sus Whatsapps es fiesta, porque habla bien de ellas y de mí.
-Un abrazo. Cómo mola estrujar a alguien en tus brazos…o que te estrujen a ti.
-Unos ojos que miran con amor. Pero estos que dices no les cabe más amor dentro…qué bonito.
-Oír a mi abuelo desde mi casa. Y de repente lo oyes reírse, estornudar, hacerle la puñeta a mi abuela…saber que está ahí, también me hace muy feliz.
-Un niño. Un niño riendo, un niño llorando, un niño jugando, un niño durmiendo…me gustan los niños. Los quiero. A todos. A las niñas ya hay que conocerlas.
-Una ducha a última hora del día. De esas que te pegas hora y media en el cuarto de baño mezclando potingues, con dos velas, agua hirviendo…
-Una peli de estas empalagosas que cuando terminan tienes el azúcar 100 puntos por encima de los índices normales.
-Un libro. Ese que no te deja levantar la ceja, parar de leer y volver a la realidad, porque te absorbe toa entera.
-Verlo feliz. Y saber que yo contribuyo a esa felicidad, es lo único que me ayuda a seguir día a día, lo que le da sentido a mi vida.

Y así…podría seguir y seguir…pero lo dejamos aquí, que aún estoy a tiempo de quedar bien, no como una tonta que da sentido a cosas que para el resto de los mortales no lo tienen.


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lunes, 5 de enero de 2015

Queridos Reyes Magos...

…este año, como siempre, me he portado muy bien. No me he revelado contra todo el mundo en las ocasiones que se me han puesto por delante, ni he mandado a nadie a algún lugar lejano, feo, y con mal olor, más veces de las necesarias.
Un cachito de pan, que se suele decir, vamos.
Por eso creo que tengo derecho de pediros unas cuantas cosas que, en mi humilde opinión, creo que me merezco.

En primer lugar, quisiera un enchufe de estos trifásico, igual de grande que la catedral de Burgos, pero no para enchufar nada a la corriente, sino para encontrar un buen trabajo que me permita por fin hacer mi vida, ya que visto lo visto el curriculum no cuenta para nada ni para nadie.
No importa si no está relacionado con lo mío, y sabré sobrevivir si el sueldo no me da para comprarme braguitas en La Perla, como dice Beta Coqueta, con que me de para vivir, prou.

Si se me permite otro caprichín, quisiera levantarme mañana por la mañana sin estos kilos que me sobran. Así, porque sí, sin sudar ni nada. Que para eso sois magos, ¿no?

¿Qué más, qué más…? ¡Ah, sí! Que el pisito este de la calle Genaro Palau aún sigue en venta, es el primero. Podéis dejar las llaves encima de mi mesilla de noche. Ya mañana firmo yo las escrituras y lo decoro para dejarlo bonito bonito.

Y ya si me quitáis de un plumazo las ganas de fumar, sobre todo cuando me siento a escribir, y hacéis que me toque un Euromillón de estos que quitan todas las penas de repente, prometo volver a creer en vosotros como el primer día, y dejar mis principios republicanos de lado,almenos durante un día o dos.

Y si eso, la paz mundial y el fin del hambre y la pobreza, que os llevo pidiendo toda la vida.

A cambio ofrezco wiskacho del bueno para sus Majestades y algarrobas de un campito que hay al lado del de mi abuelo, que son de primera, nada de leche fría y galletas rancias como os dejan el resto de los niños.

Ale, pensad a ver qué os parece el trato.

Att: Una niña que fue niña durante muy poco tiempo.



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viernes, 2 de enero de 2015

Año nuevo...¿vida nueva?

Pues no creo.
Suelo ser de las personas que se proponen un montón de cosas nuevas para el año que empieza, y que como todo el mundo, no los cumple.

Porque si hubiera hecho caso a los que me propuse el año pasado tendría mis títulos de inglés y valenciano colgaditos en la pared, mis 10 kilos de menos, una cuenta bancaria con muchos ceros...en fin cosas incumplibles.

Así que para este año no me voy a proponer nada, ni tampoco me voy a comprar una goma con superpoderes para borrar las cosas feas del 2014.
Sólo voy a vivir el día a día lo mejor que pueda, ser tenaz en las cosas que más me cuestan, y sobre todo, no perder la ilusión.
Ay la ilusión...qué difícil es de mantener. Cuánto cuesta de conseguir, y qué rápido se pierde, la jodía. Y las ganas de luchar. Luchar por lo que quiero, por ser fuerte, por aprender a convivir con cosas que me molestan, y no que no salga la Mara diábolo que chilla a grito pelao y se caga en todo lo más feo que se le ocurre.

Porqué los propósitos estos tontos de aprender a querer a la gente que se porta mal conmigo, de ser más buena persona, de tolerar a la gente que normalmente no tolero y blablabla no es que los dé por imposibles, es que los doy por inútiles, en su más estricto significado. Por tontos y para gente a la que realmente no se gusta a sí misma.
Yo cometo muchos errores, quizá más de los que comete una persona normal, pero tengo la conciencia tranquila porque cuando todo está mal, oscuro, casi negro, y nada tiene sentido, lo único que me consuela es que si de algo he pecado, es de ser demasiado tolerante y demasiado buena con la gente que menos se lo merece.

Así que lo único que hay que pedirle al año nuevo, es fuerzas para seguir siendo nosotros mismos, y saber alejar a las personas que no nos ayudan a conseguir nuestras metas, para que ésas que son buenas, que nos hacen la vida más fácil y a las que queremos, tengan el sitio que merecen.


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